Vacheron Constantin presenta La leyenda del zodiaco chino, una cautivadora serie de relojes, basados en un ciclo de 12 años, que constituye un nuevo homenaje dentro de la saga de los Métiers d’Art. El signo del caballo, símbolo de un espíritu brioso e independiente, toma el relevo de la serpiente el 1 de febrero de 2014. La manufactura presenta dos nuevos relojes para la ocasión, ambos con esmalte y grabados.
A CABALLO ENTRE ORIENTE Y OCCIDENTE
Los animales del zodiaco chino, esculpidos en papel según los preceptos del Jianzhi, constituyen un magnífico ejemplo del arte de jugar con los espacios llenos y vacíos. Vacheron Constantin ha acometido este reto adaptándolo al ámbito de la relojería gracias a la habilidad de sus expertos artesanos. Así, grabadores y esmaltadores han trabajado en el modelo del Año del Caballo, que se ha fabricado en oro rosa y en platino, en dos series limitadas de 12 relojes cada una, reservadas exclusivamente para las boutiques de Vacheron Constantin.
Entre sus hallazgos, destaca una esfera magnífica, fruto de una alianza contemporánea de artesanías tradicionales. También el diseño de la hoja, producto de la iconografía clásica china, que está grabado directamente en la esfera de oro. Se trata de una decoración en varios relieves con la que se consigue un efecto de profundidad y que entrega detalles maravillosos como esos tallos de bambú en relieve que parecen flotar sobre la esfera.
Otro gesto sublime lo encontramos en el esmalte Grand Feu, una técnica de invención ginebrina que sólo unos pocos artesanos dominan. Consiste en aplicar el esmalte en varias capas para realzar la intensidad del azul o del bronce de la esfera. En la conclusión se aplica otra baño antes de la última cocción, en la que se vitrifica la esfera para conseguir un efecto vidrioso con el que se aumenta la definición del motivo floral.
TRABAJAR EL ESPACIO
El reloj está provisto de cuatro ventanas en las que se indican la hora, los minutos, el día y la fecha. Las dos primeras indicaciones son de arrastre, y las otras dos, saltantes. Cada una de ellas aparece en una de las cuatro aberturas dispuestas en torno al motivo central de la esfera. El movimiento mecánico automático, que tiene una frecuencia de batido de 28.800 alternancias por hora, está equipado con una masa oscilante de oro de 22 quilates, y va adornada con un diseño geométrico y dinámico inspirado en la cruz de Malta, el emblema histórico de la casa. Todas sus piezas tienen un acabado excepcionalmente sofisticado que cumple los requisitos establecidos por el Punzón de Ginebra, una de las mayores distinciones de prestigio internacional en el mundo de los relojes que se concede desde 1886.
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